Del mar a las cascadas

Krka está a sólo unos 65 km de Trogir, lo que la convierte en una de las escapadas interiores más fáciles para los viajeros que se alojan en la ciudad. No es necesario salir temprano ni viajar mucho.

Trogir está llena de callejuelas de piedra y vistas al mar, pero Krka añade algo nuevo: riberas verdes, senderos de madera y cascadas escondidas tierra adentro, que ofrecen una experiencia más variada.

Desde Trogir, es fácil reservar excursiones de medio día o de un día entero en grupos pequeños o con conductor privado. Muchos tours incluyen también catas de vino o paradas en ciudades cercanas.

Disfrutarás de un paisaje ribereño, una caminata suave, un paseo en barco y aperitivos locales, todo en un solo viaje. El itinerario se adapta a los viajeros ocasionales sin necesidad de equipo ni preparación.

Krka tiene senderos seguros y fáciles con poca elevación, lo que la convierte en una gran elección para familias o para quienes deseen un viaje por la naturaleza sin caminatas extenuantes.

Incluso con múltiples paradas, volverás a Trogir por la tarde con tiempo de sobra. No tienes que volver a hacer las maletas ni cambiar de base, sólo una escapada de un día.

Esta amplia cascada de varios niveles es el lugar más visitado del parque. Una pasarela de madera circula por arroyos, charcas y bosques, con varios lugares para detenerse a hacer fotos o descansar.

Situada más río arriba, Roski Slap tiene un ambiente más tranquilo y cascadas escalonadas. También encontrarás senderos para caminar, miradores y antiguos molinos junto a las orillas del río.

Se trata de una sección conservada de la antigua vida ribereña, con molinos de grano en funcionamiento, herramientas tradicionales y exposiciones prácticas. Se encuentra junto al sendero de paseo, cerca de Skradinski Buk.

Esta isla, que alberga un monasterio centenario, está situada entre dos cascadas y sólo se puede llegar a ella en barco. El entorno es remoto y tranquilo, rodeado de aguas fluviales que se mueven lentamente.

Aún activo hoy en día, este yacimiento descansa sobre ruinas romanas. Los visitantes pueden ver la iglesia y un pequeño museo en su interior. El acceso se realiza a través de una ruta especial o un paseo en barco más largo.

Estos restos incluyen un arco romano y un anfiteatro utilizado en su día por unidades militares. Situadas al norte de las cataratas, ofrecen una visión del asentamiento de la época romana en la región.

La cascada más alta del parque, que cae sobre un acantilado de piedra caliza en un profundo cañón. Aunque es más difícil de alcanzar, es uno de los favoritos para disfrutar de vistas espectaculares y hacer paradas fotográficas.

Pequeño pueblo ribereño con puerto, casas de piedra y senderos para pasear, este pueblo se utiliza a menudo como punto de embarcación para entrar en el parque.